Pensamiento lateral.
La renuncia de Emiliano.
Por:
Miguel Á. Martínez Castillo. (*)
Los que
renuncian son más numerosos que los que fracasan.
Henry Ford (1863-1947). Fundador de Ford Motor Company.
Cuando la
alternancia llega a un lugar, suele generar todo tipo de emociones pero
principalmente hay una que hoy detecto y me ocupa reflexionar: la sobre
expectativa. En los días subsecuentes al
triunfo de Carlos Joaquín González como Gobernador en Quintana Roo, ha
circulado en redes sociales no sólo listas de innombrables sino hasta la
búsqueda de saciar el morbo por ver caer a servidores públicos ante la picota.
Entiendo el
malestar acumulado (son 42 años de un mismo partido en el poder) de tantos
gobiernos que fallaron en las expectativas sociales. Ayer, ser joaquinista
era sinónimo de desempleado. Hoy, una
gran cantidad de servidores públicos sencillamente tienen sus días contados.
Hay que
tener mucho cuidado con las expectativas que se tienen con este nuevo gobierno,
pues pretender cambiar en 6 años lo que en décadas se hizo no es fácil. Más aún frente al panorama político que
tendrá cara a cara el propio Joaquín González: 8 municipios gobernados por la nueva oposición y un congreso sin
mayorías absolutas. Mucha mano izquierda
necesitará el próximo Gobernador si desea cumplir con las demandas sociales y
más aún con una que, pienso, fue la piedra angular de su campaña: la rendición
de cuentas.
No es un
secreto a voces que el estado tiene una deuda exorbitante: más de 22 mil
millones de pesos que en su mayoría se desconoce su destino y el Gobernador
electo ha dicho que investigará dónde está ese dinero. Y precisamente será primordial el rol que
desempeñe una instancia que pasó desapercibida pero que en los últimos días se
volvió el centro de la discusión: el Órgano de Fiscalización Superior del
estado de Quintana Roo. La renuncia de
su titular, Emiliano Novelo Rivero, quien desempeñaba su segundo período desde
abril de 2010 en el cargo, propició una cantidad de hipótesis a pocos días de
que dicho órgano presente las cuentas públicas al Congreso del estado del
último año (y de los meses del presente) de ejercicio del gobierno estatal y
gobiernos municipales.
¿Por qué
renunció Emiliano Novelo? ¿Qué lo motivó a presentar su dimisión a pocas
semanas de que concluya su segundo período? ¿Por qué no haber esperado y
terminar su gestión? ¿Qué evaluación puede hacerse de su desempeño frente a un
órgano que es el garante de vigilar el buen destino de nuestros impuestos?
Por lo
pronto bien puede revisarse su desempeño con las últimas cuentas que entregará
al Congreso para que sean revisadas y votadas.
La propia ley del órgano de fiscalización indica que desde el pasado 31
de marzo, todas las entidades de la administración pública estatal y municipal
debieron entregar sus cuentas para que posteriormente sean auditadas
físicamente, aproximadamente a mediados de abril.
¿Qué
observaciones habrá encontrado la Auditoría del estado de las cuentas públicas del
estado y los municipios? ¿Cómo habrá salido evaluada la administración
municipal de, por ejemplo, Mauricio Góngora?
Muy interesante para el lector será conocer si obras de trascendencia
como la ampliación del palacio municipal, las obras en la Dirección de Tránsito
y demás acciones en su gobierno, fueron terminadas y entregadas en tiempo y
forma. Todo eso podrá verse en el
informe del resultado que se entregue al Poder Legislativo estatal a más tardar
el próximo 5 de septiembre, mismo que incluye: los dictámenes de la revisión de
las cuentas públicas, la posible aplicación de sanciones por omisiones o
acciones no apegadas a la ley, entre otros.
Carlos
Joaquín en su momento anunció que revisará las cuentas de los últimos 12
años. La auditoría, por su parte, sólo
puede aplicar sanciones a servidores públicos o fincar responsabilidades hasta
5 años posterior a los actos u omisiones cometidos. No dudo que, con un Congreso dividido, el
futuro Gobernador necesitará negociar con los legisladores para abrir las
cuentas públicas y cumplir con su promesa de campaña.
Sin
embargo, la ley le juega a favor del Gobernador electo. Las cuentas públicas del último año y medio
de la administración saliente deberán ser aprobadas por la Legislatura en el
siguiente período ordinario de sesiones, cuando ya no haya mayorías
absolutas. Lo que sí no tendrá a favor
es que esta Legislatura que concluye podrá designar a un nuevo Auditor Superior
por los próximos 7 años. Esto sólo
demuestra el profundo vínculo de subordinación que tiene un poder ante otro.
No será
fácil abrir las cuentas y revisar el destino de los 22 mil millones de pesos
que el estado ha contraído vía deuda pública en los últimos 18 años. La renuncia de Emiliano abre la ventana para
que el Congreso elija a modo a un auditor que proteja a la administración
saliente. Los nombres ya circulan y al
parecer provienen de Cozumel: Luis Hoil Be.
A esto me
refería cuando señalé que las expectativas no deben elevarse tanto cuando un
gobierno de alternancia llega al poder pues la caída puede ser muy
dolorosa. Es un proceso que irá lento
pero irreversible. Por lo pronto, el
reto de revisar los gastos va a enfrentar muchas resistencias. ¿Cómo serán los siguientes? Sin duda, sin mayorías legislativas, el
trabajo será arduo, sólo si el PRI se proponer ser una oposición sin oídos y
sin ojos.
El tintero.
La Ley 3 de 3 que fue aprobada por el Senado y multi proclamada por los
senadores quedó a medias en su objetivo pues ni será obligatoria, ni será
pública y la información que se requiera será integrada por personas que los
partidos políticos designarán. Así de
recortada dejaron una ley que inspiró y movió a cientos de miles de ciudadanos
que hoy exigen con todo derecho –y amplia razón- rendición de cuentas de sus
gobernantes.
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