Pensamiento lateral.
Ecocidio en Malecón Tajamar.
Por:
Miguel Á. Martínez Castillo. (*)
No queremos un medio
ambiente. Lo queremos completo.
Anónimo.
Cancún, su sólo nombre se vende casi
sin necesidad de promoción. Desde su
construcción a inicios de la década de los setenta del siglo pasado, nunca se
pensó el potencial económico y turístico que tendría en tan poco tiempo. De los poco más de 29 millones de turistas
internacionales que visitan México, 10.1 millones hacen escala en Quintana Roo,
y de ese total, 4.3 millones visitan Cancún.
Su atractivo no sólo es natural, al contar con una larga cadena de
hoteles de una extensión de más de 25 km, sino que además es punto estratégico
de descanso al encontrarse ubicado en medio de otros destinos que integran la
Riviera Maya: Isla Mujeres, Cozumel, Playa del Carmen, Holbox y Tulum. Todos los destinos quedan a corta distancia.
TURISTAS
QUE VISITARON MÉXICO, QUINTANA ROO Y CANCÚN EN 2014.
Fuente: Elaboración propia con
datos de la Secretaría de Turismo del estado de Quintana Roo:
http://sedetur.qroo.gob.mx/estadisticas/indicadores/2014/Indicadores%20Tur%20-%20Diciembre%202014.pdf.
Su desarrollo urbano –que tiene un
sistema arquitectónico denominado plato
roto- ha estado acompañado de severas irregularidades, particularmente la
zona que da acceso a la playa.
Construcciones de grandes complejos hoteleros han coadyuvado a la
degradación ambiental y la erosión de playas al grado de dragar arena del fondo
del mar para rellenar las playas, como se hizo luego del paso devastador del
huracán Wilma en octubre de 2005.
Hoy Cancún vive nuevamente un
capítulo de la destrucción del ecosistema que lo ha caracterizado cuando era
territorio virgen. Hace un par de días,
maquinaria especial ingresó a lo que hoy se conoce como Malecón Tajamar y en 48 horas destruyeron decenas de hectáreas de
manglar y un sinnúmero de flora, fauna y diversas especies silvestres. Todo con el amparo y/u omisión de la
autoridad de los tres niveles de gobierno.
Pero para entender este grave
atentado contra la naturaleza es preciso retroceder 10 años y conocer la larga
cadena de antecedentes que orillaron a lo que hoy es un desierto en medio de la
poca selva tropical que nos queda en Cancún.
Un mes después del paso del huracán Wilma,
FONATUR abrió la oferta de 5 lotes para su venta, 2 de ellos con uso de suelo
hotelero, 2 para club de playa y uno más para uso comercial. En total puso a la venta casi 50 mil metros
cuadrados de superficie. Su ubicación
está en la zona conocida como Playa Delfines (conocido popularmente como El Mirador). La transacción alcanzó los 325 millones de
pesos y el comprador de 2 de los lotes en venta fue la empresa de capital
italiano Bi&Di.
La empresa tenía contemplado
construir edificios de 20 pisos pero el uso de suelo que determina el Programa
de Desarrollo Urbano de Cancún (PDU, y vigente desde junio-julio de 2005) establecía
que la altura máxima de construcción era de 4 niveles, lo que imposibilitaba a
la empresa desarrollar sus torres.
Bi&Di demandó a FONATUR por presunto fraude en la
compra-venta puesto que el uso de suelo que ofrecían no correspondía a lo
estipulado en el PDU de Cancún. En agosto
de 2011 el juicio resulta favorable para la empresa y FONATUR tenía que
reembolsar los 325 millones más intereses y pagos por concepto de predial.
A finales de octubre de 2013 tomó
posesión el nuevo Delegado de FONATUR en Quintana Roo, Juan Carlos González
Hernández (primo del exgobernador y hoy Senador Félix González Canto). Su primera intervención tuvo que ver con la
modificación del uso de suelo del Malecón Tajamar con la finalidad de realizar
proyectos inmobiliarios. En esas mismas
fechas, el gobierno estatal y la Secretaría de Turismo Federal supervisaban la inversión
de más de 518 millones de pesos que se estaba llevando a cabo en la zona
multicitada en materia infraestructura pública.
Finalmente, en abril de 2014,
FONATUR y Bi&Di llegaron a un
acuerdo legal para solucionar la demanda interpuesta por los empresarios
italianos. A cambio de no exigir el
dinero, FONATUR entregaba 10 lotes ubicados en Malecón Tajamar para continuar
con sus proyectos de inversión. El delegado
de FONATUR en Quintana Roo ignoró qué destino le darían a esos terrenos por
parte de la empresa, pero que según el uso de suelo únicamente permitía la
construcción de condominios.
El 28 julio de 2015, mientras se
llevaba a cabo la devastación de una zona de Tajamar que comprendía manglar y varias
especies animales, el titular de FONATUR, Héctor Gómez Barraza, afirmó que no
se violentaba ninguna ley ambiental puesto que los permisos de Manifestación de
Impacto Ambiental (MIA) ante SEMARNAT datan de febrero de 2005 y 2006, es
decir, un año antes de la modificación del artículo 60 TER de la Ley General de
Vida Silvestre (2 de febrero de 2007), misma que hoy prohíbe cualquier
actividad que dañe el flujo hidrológico del manglar.
Por su parte, el Centro Mexicano de
Derecho Ambiental (CEMDA) interpuso el 31 de julio un amparo contra la MIA
otorgada a FONATUR que le permitía modificar el entorno de Tajamar y construir,
entre otros desarrollos, oficinas, comercios, apartamentos y un hotel de
negocios. En la propia querella se
destacó que resulta extraño y hasta
contradictorio que en la autorización se señale que el predio no presenta
características naturales relevantes o excepcionales, cuando en la misma se
establece que, del total del predio, el 64 % (37.61 ha) comprende vegetación
hidrófila, entre ellas manglar primario, manglar secundario y manglar de Conocarpus-Rhizophora. Aunado a ello, también se evidenció la destrucción
de diversas especies de flora como palma chit, así como de fauna:
cocodrilos, iguanas, ranas, aves marinas e incluso migratorias.
Ante esto,
la PROFEPA inició una investigación detectando que los propietarios no
acreditaron el Estudio Técnico Justificativo y los Programas de rescate de las
especies de flora y fauna que se encontraban en las casi 7 hectáreas
devastadas, entre otros. Ante ello,
procedió a suspender los trabajos de la empresa.
A finales de septiembre, más de 100
niños solicitaron un amparo que les fue concedido en contra de la devastación
de la zona que comprende Tajamar. Ante ello,
FONATUR advirtió que más de 900 millones de dólares estaban en riesgo de
perderse por los amparos tramitados. El pasado
16 de enero, más de 100 vehículos y personal operativo ingresaron en la
madrugada para iniciar los trabajos de desmonte en la zona. Amparados con la protección de la policía
municipal y la omisión de la Policía Federal, en menos de 48 horas habían
devastado más de 50 hectáreas de manglar, flora y fauna que habitaba en el
lugar.
ANTES Y DESPUÉS DE LA DEVASTACIÓN DEL MANGLAR EN MALECÓN TAJAMAR.
Fuente: http://www.sinembargo.mx/18-01-2016/1600897
¿A qué obedece la celeridad dada a
la destrucción de decenas de hectáreas con manglar en el Tajamar? No hay que ir muy lejos: en primer lugar, es
una obra que en 2013 inauguró el Presidente de la República; representa una
inversión de más de 900 millones de dólares y sólo el gobierno mexicano ya
invirtió más de 500 millones de pesos en infraestructura carretera, peatonal y
alumbrado; el permiso que otorga la MIA tiene una vigencia de 10 años, misma
que concluye en febrero de 2016, es decir a unas cuantas semanas y; una nueva
demanda de Bi&Di ocasionaría que
éstos exijan su pago en lugar de un nuevo lote para construir.
Lo cierto es que luego del ingreso
de la maquinaria se ha hecho evidente en redes sociales la destrucción no sólo
de manglar sino de animales que ahí residían, demostrando así que la empresa
responsable no cumplió con la obligación legal del traslado y resguardo de las
especies que habitan en dicha zona.
Pero si se debe hablar de
responsables, el primero, desde una perspectiva personal, es FONATUR. Desde la venta de los lotes a la empresa
italiana en 2005 que originó un conflicto legal, pasando por el acuerdo de
entregar predios del Malecón Tajamar a sabiendas que existe fauna y vegetación
protegida por la ley y, que además ha solicitado la ampliación de la MIA para
que las empresas terminen la construcción de los alrededor de 22 proyectos
agendados: desarrollos comerciales, estacionamientos, oficinas, zonas
residenciales (3,600 viviendas), torres condominales y hasta una catedral para
la Iglesia Católica.
Poco le ha interesado a FONATUR la
degradación del ambiente. Se ha ocupado más en garantizarle a las
desarrolladoras condiciones para construir en lugar de coadyuvar a la
conservación de espacios que, irónicamente, han servido de protección natural
contra los huracanes, de la misma infraestructura hotelera.
Si se utilizaran los datos de 2009
sobre la destrucción de manglar en México, lo sucedido y aún pretendido hacer en
Malecón Tajamar equivaldría a desmontar lo que en 11 días se destruye en el
país. Esto quedará en la historia y, en
un mediano plazo, se construirán nuevos complejos habitacionales y
comerciales. A lo mejor con sistemas
amigables con el ambiente. ¿Por qué no?
El tintero.
Mientras se concluye la presente
columna, un Juez de Distrito otorgó a un grupo de ambientalistas la suspensión
provisional del desmonte y relleno en el Malecón Tajamar. La SEMARNAT, por su parte, aduce tener los
documentos que permiten la limpieza del lugar.
Esta historia no termina aún.
Senadores del PAN han solicitado la
extradición del ex Gobernador de Coahuila, Humberto Moreira, para que sea
juzgado en México. De acuerdo con ellos,
la PGR debe pedir el expediente que el gobierno de Estados Unidos tiene sobre el
ex dirigente priísta y, simultáneamente, congelar sus cuentas bancarias y
asegurar sus propiedades. Se les olvida a
los Senadores que fue la PGR quien lo absolvió de toda culpa.
El dólar y el barril de petróleo a
la par. Ambos llegaron a la paridad:
18.90 por cada dólar y por cada barril. Histórico.