El origen de Pensamiento Lateral corresponde al que en su momento acuñó el escritor y psicólogo maltés, Edward de Bono, en su libro New think: the use of lateral thinking (Nuevo pensamiento: el uso del pensamiento lateral) publicado en 1967.

Este concepto, utilizado incluso en la psicología, se enfoca en la búsqueda de soluciones a problemas utilizando estrategias o caminos alternos a los que normalmente la lógica simple nos llevaría. Se vale de la creatividad al momento de evaluar y dar solución a los diversos obstáculos que se presentan. Esto permite encontrar otras formas de percibir las cosas, de analizarlas desde otro contexto, con un matiz innovador y propositivo a la vez.

La vinculación con el contenido de la columna permite una asociación interesante ya que lo que pretendo es presentar un análisis basándome en una temática alterna a lo que, mediante un pensamiento simple y lógico, nos llevaría por vías ya conocidas. Pensamiento Lateral busca, desde una perspectiva innovadora, generar debate, reflexión y proponer nuevos esquemas de solución a las problemáticas políticas, sociales y económicas de nuestro entorno.

Finalmente, en el contenido de la propia columna haré una adición a lo que normalmente comparto con ustedes: El tintero, que es un breve espacio en donde escribiré noticias o datos relevantes para el consumo personal.

martes, 3 de diciembre de 2013

¿Qué nos deja este primer año de gobierno?



Pensamiento lateral
¿Qué nos deja este primer año de gobierno?
Por: Miguel Á. Martínez Castillo (*)

Cuando yo era chico me decían que cualquiera podía llegar a
Presidente de la nación. Estoy empezando a creerlo.
Clarence S. Darrow (1857-1938) Abogado estadounidense.

Enrique Peña Nieto cumplió un año como Presidente de México.  Ese 38% del total de votantes que acudieron a las urnas y le dieron su confianza, junto con los que no lo hicieron y los que no acudieron a votar, tenemos el deber de hacer un análisis objetivo de su administración.  Al final, hayamos o no votado, a todos nos impacta. 

Existen varios temas que llevarían páginas analizar, pero considero que hay al menos 3 en las que vale la pena detenerse un momento: política, económica y de seguridad. En cuanto al primero, a pesar de que Peña Nieto empezó su gobierno con una aprobación del 55%, producto en parte de la certeza de la diferencia de votos entre el primer y segundo lugar, cuestión que en 2006 no se dio y que hizo más polarizada la sucesión presidencial, más de la mitad de los mexicanos daba su voto de confianza al nuevo presidente.

De acuerdo a algunos estudios hechos por medios electrónicos (www.adnpolítico.com), el gobierno de Peña ha cumplido con 56 de las 374 promesas hechas, es decir, un 15% del total.  De estas 374 promesas, 13 de ellas anunció que aplicaría de manera inmediata, 95 que son del Pacto por México y 266 que hizo en campaña.  De todo ello, lo más destacable ha sido la firma del Pacto por México que bien o mal ha atado a unos y servido como medio de presión a otros.  Al menos, para el mandatario federal, le permitió ganar puntos en su imagen, pasando a niveles superiores al 60% de aceptación posterior a su firma.

Si nos enfocamos únicamente a la cantidad, desde los últimos 4 sexenios no se había visto en un gobierno que se aprobaran 5 reformas estructurales; sin embargo, la pregunta más importante es: ¿cuál será el balance cualitativo de las reformas aprobadas?  La financiera y de telecomunicaciones si bien tuvo debate no generó tanto desgaste, como sí la tuvieron la educativa y la fiscal, además de una desestabilidad social que ha afectado a varias entidades, principalmente el Distrito Federal con las incontables movilizaciones de los maestros.

La liberación de Florence Cassez y Rafael Caro Quintero, así como la detención de Elba Esther Gordillo, fueron temas que empañaron el inicio del primer año de gobierno, pero más cuestionable será la reforma político-electoral que está por aprobarse.  Diversos académicos coinciden en el hecho de que el presidencialismo mexicano ha cambiado su rol en el sistema político, pasando de ser una figura fuerte a una acotada y limitada, en parte, por el fortalecimiento de los gobiernos locales que se han convertido en verdaderos virreinatos, y a la creación de varias instituciones, como derechos humanos, transparencia y la función pública.  Prueba de lo anterior ha sido la serie de cambios que se han hecho al texto original de la reforma, donde en un principio se contemplaba la desaparición de los institutos y tribunales electorales locales, pero debido a la presión de los gobernadores, ahora no desaparecerán y no solo eso, sino que además será a propuesta de los congresos locales (controlados en su gran mayoría por los gobernadores) quienes presentarán las propuestas para las representaciones locales del Instituto Nacional de Elecciones (INE).  No quiero pensar que esta reforma busque, entre otros objetivos, el regreso a un centralismo y en consecuencia, a un fortalecimiento de la figura presidencial de nueva cuenta, sería un grave retroceso.

En cuanto al tema económico, ha sido uno de los más cuestionados debido al nulo crecimiento y a la magra generación de empleos.  De 3.9% que se estimaba que creciera la economía a principio de año, se redujo a 1.3%, que en términos reales significaría un estancamiento.  No menos compleja está la situación del empleo: este año se cerrará con la generación de apenas 420 mil empleos, 230 mil menos con respecto al año pasado.  Por su parte, el desempleo ocupó niveles superiores al 5% es decir, que casi 3 millones de personas en condiciones de trabajar, hoy no tienen un empleo.

A esto hay que agregarle la contracción del gasto público en un principio, donde se vio afectada la economía nacional, ya que el gobierno dejó de gastar miles de millones que impactaron al sector de la construcción, principalmente, y ésta a su vez, en la generación de empleos.  Como medida alterna, el gobierno autorizó mayor erogación pero al mismo tiempo pidió incrementar el porcentaje del déficit fiscal, es decir, gastar más de lo que se tiene.  Sin embargo, el daño ya estaba hecho y la economía seguía naufragando.

Con la reciente reforma fiscal aprobada, se tiene una gran incertidumbre sobre su efecto positivo posible, ya que, por un lado, golpea a las regiones fronterizas con el aumento del IVA al 16%, así como la creación de nuevos impuestos como el de mascotas y servicios turísticos.  En lo particular, Quintana Roo fue uno de los más afectados, puesto que no solo es parte de la región fronteriza sino que su principal dinamismo económico es el turismo.  No se diga de otros estados que tienen como actividades económicas la maquila, que sufrirán la contracción de empleos para apaciguar la crisis.

Finalmente, en el tema de la seguridad, éste ha presentado un cambio pero más en la forma que en el fondo.  La criminalidad y la inseguridad mantienen sus niveles y en algunos rubros ha incrementado con respecto al sexenio anterior.  Durante el primer año de gobierno se han llevado a cabo más de 17 mil homicidios vinculados al crimen organizado (al menos las que ha dado el gobierno), mientras que en el primer año de gobierno de Calderón fue de apenas poco más de 10 mil.

En cuanto a las extorsiones, también hubo incremento en un 12% con respecto al último año del período de Calderón: pasaron de 6,487 denuncias a 7,270 durante el primer año de Peña Nieto. Mismo caso es para los secuestros: en el último año de Calderón la cifra fue de 1,157 y en el primer año de la actual administración ascendió a 1,446.

Uno de los pendientes en materia de seguridad que están atorados es la gendarmería nacional, una especie de policía nacional pero no mando único como proponía Calderón, sino que ésta estaría sujeta a la autoridad de los gobernadores.  Ello habla de la evidente resistencia a establecer políticas uniformes que, por un lado, terminen con los focos de corrupción al interior de las corporaciones policías, pero, por el otro, a ceder la autoridad por parte de los estados a la federación.

El único cambio que percibo en la seguridad es su difusión en los medios.  Ha dejado de ser el título de ocho columnas de los periódicos y en contraparte se le ha marginado a un rol más discreto, sin resultados pero de bajo perfil.  Esto sin duda que le ha permitido al actual gobierno llevar el tema entre líneas, zozobrando como sea pero sin llegarle a impactar como sí le sucedió a su antecesor.

Hay otros temas que ameritan atención inmediata, como son la transparencia, la cual ha presentado avances importantes con la reciente reforma promovida, pero también en derechos humanos, endeudamiento público y corrupción.  Este último rubro ha sido uno de los principales dolores de cabeza para los mexicanos, puesto que a nivel mundial ocupamos el lugar 106 de 177 países evaluados por Transparencia Internacional en 2013, y el 22 de 31 en la región del continente americano.  Lo peor de todo ello es que 7 de cada 10 mexicanos cree que la corrupción ha incrementado, e igual número piensa que las acciones para combatirla simplemente no funcionan.

Habrá que esperar el transcurso de 2014 donde se determinarán varios escenarios: el impacto de la reforma educativa, con la aplicación de evaluaciones y el nuevo sistema de competencias interno; los efectos de la reforma fiscal, con la homologación del IVA y la creación o aumento de impuestos; el nuevo sistema electoral que prevé la reelección y un solo órgano electoral para todo el país, y; una reforma energética que está por asomarse y que sin duda será bien aprovechada por la izquierda como bandera para reposicionarse.  Solo hay que recordar un detalle: 2014 es un año preelectoral donde se definirán las bases para la renovación de la cámara de diputados y los efectos de las reformas pueden empezar a cobrarle al gobierno federal sus primeras facturas, facturas que incrementarán de un 11% a un 16% más de costo político.

El tintero.

Preciosa noticia nos pudo haber llegado cuando el PRI anunció a su nuevo delegado en Quintana Roo. Diversos columnistas del centro del país habían prevenido incorporación del ex gobernador de Puebla, Mario “precioso” Marín como delegado en el estado.  Al final, optaron por uno no menos cuestionado: el ex gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz, quien tiene fama de represor.  En esta ocasión las botellas de cognac no tuvieron el efecto esperado.

No puede pasar por alto que el Consejo Nacional del PAN haya suspendido su sesión por ausencia de quórum.  Poco les interesa a algunos panistas que el mayor daño que hacen no es a su dirigente sino a la institución misma.  Me pareció de muy mal gusto que horas después de suspendida la sesión, Ernesto Cordero, Josefina Vázquez y Juan Manuel Oliva hayan emitido un comunicado exhortando a la unidad en el Consejo.  Hay que destacar que Josefina llegó a la sesión pero poco después se retiró del recinto –es decir que contribuyó, intencional o no, a romper el quórum- y Oliva, quien forma parte del CEN, fue quien pidió expresamente un pase de lista para verificar la existencia de quórum.  No hay duda que la sucesión dejará a varios heridos en batalla.


(*) Internacionalista, analista político y comentarista en el programa radiofónico SIPSE Café del 95.3 de FM.
Visita www.columnapensamiento.blogspot.mx

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