El origen de Pensamiento Lateral corresponde al que en su momento acuñó el escritor y psicólogo maltés, Edward de Bono, en su libro New think: the use of lateral thinking (Nuevo pensamiento: el uso del pensamiento lateral) publicado en 1967.

Este concepto, utilizado incluso en la psicología, se enfoca en la búsqueda de soluciones a problemas utilizando estrategias o caminos alternos a los que normalmente la lógica simple nos llevaría. Se vale de la creatividad al momento de evaluar y dar solución a los diversos obstáculos que se presentan. Esto permite encontrar otras formas de percibir las cosas, de analizarlas desde otro contexto, con un matiz innovador y propositivo a la vez.

La vinculación con el contenido de la columna permite una asociación interesante ya que lo que pretendo es presentar un análisis basándome en una temática alterna a lo que, mediante un pensamiento simple y lógico, nos llevaría por vías ya conocidas. Pensamiento Lateral busca, desde una perspectiva innovadora, generar debate, reflexión y proponer nuevos esquemas de solución a las problemáticas políticas, sociales y económicas de nuestro entorno.

Finalmente, en el contenido de la propia columna haré una adición a lo que normalmente comparto con ustedes: El tintero, que es un breve espacio en donde escribiré noticias o datos relevantes para el consumo personal.

jueves, 12 de diciembre de 2013

Los beneficiados de la Reforma Energética.



Pensamiento lateral
Los beneficiados de la Reforma Energética.
Por: Miguel Á. Martínez Castillo (*)

El negocio más rentable del mundo es administrar bien una empresa petrolera.
Y el segundo negocio más rentable es una empresa petrolera mal administrada
John Rockefeller (1839-1937) Fundador de Standard Oil.

Recuerdo y parafraseo lo que en su momento dijo el ex mandatario argentino, Juan Domingo Perón: “si quieres que algo no avance, mándalo a comisiones.”  Pues bien, parece que al Congreso y al gobierno les urge que las reformas se aprueben –al menos la política y la energética- antes de que concluya el 2013.  Tan solo la primera de estas reformas no pasó a discusión en comisiones en la cámara de diputados y fue llevada al pleno directamente.  Sin duda que aprobar reformas al vapor nunca deja nada bueno, y para ello los mexicanos nos hemos especializado.

Desde mi punto de vista, y más allá de quién se adjudique la autoría de la reforma energética, encuentro, de entrada, dos potenciales beneficiados de este tema: el primero –y más interesado- es el sector privado, quienes han esperado durante décadas la apertura del petróleo y electricidad para su explotación comercial. 

El segundo, sin duda, es el gobierno federal, quien, al lograr la apertura del sector le permitirá hacer negocios y obtener ganancias sustanciales, al menos para quienes toman las decisiones.  Pero más allá de los beneficiarios directos, uno se preguntará, qué fue lo más trascendente de esta reforma, cuál es su contenido y sus principales modificaciones aprobadas.  Si se toma el tiempo para revisar los encabezados de los medios nacionales, la sorpresa es que lo más destacado fue el espectáculo ofrecido por diputados y senadores de distintos partidos: hubo quienes se desnudaron en tribuna, otros que regalaron huevos –seguramente no para el desayuno-, toma de tribunas, propuestas que incluían la privatización de la progenitora, colocación de mantas, hasta riñas y piquetes de ojo.

No es de mi interés reproducir estos actos ridículos de los legisladores, porque todo esto es lo que México demuestra al mundo: un nivel de subcultura política cuando se trata de debatir temas que verdaderamente cambiarán la historia del desarrollo político y económico del país.  Y, sin temor a equivocarme, creo que esa debe ser la dinámica de la discusión y el debate parlamentario.

Luego entonces, la reforma energética no puede entenderse si no se tiene al menos un breve diagnóstico de su situación, cuestión que es importante para que cada quien haga sus propias conclusiones.  Por tanto, lo comparto en estas líneas para una mejor comprensión: es de dominio público que las empresas estatales PEMEX y CFE hoy en día presentan serios retrasos en tecnología, principalmente PEMEX.  Prueba de ello ha sido la disminución en la producción de barriles en un millón a lo largo de la última década.  Extraer el petróleo cuesta cada vez más porque no solo se agota sino que los yacimientos están a mayor profundidad, principalmente en el subsuelo marino.

De acuerdo a un estudio del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), México ocupa el lugar 32 de 46 países evaluados en materia de competitividad, y somos el último entre los miembros de la OCDE.  Pero algo llama poderosamente la atención: desde el 2000, Estados Unidos ha invertido importantes recursos en la industrialización y explotación del gas natural, al grado que para el 2020 se convertirá en un exportador neto.  Su producción aumenta 1.3% al año, lo que permitirá que en una década cubra la demanda interna y le alcance para exportar otro tanto.

En este mismo orden, la demanda mundial de petróleo y energía aumentará en un 50% para ese mismo año -2020- pero enfrente tenemos la competencia de los medios alternativos de energía, que avanzan lentamente pero que en un plazo no muy largo comenzarán a ser verdaderas fuentes alternas que compitan en precios con los energéticos.

Por otro lado, es una realidad que varios países del mundo, entre ellos Cuba, tienen asociación con particulares en la exploración, extracción, refinación y venta de los hidrocarburos.  Noruega, Brasil, Colombia y Arabia Saudita son solo ejemplos de lo anterior, mientras que México, hasta antes de la reforma, prohibía expresamente este tipo de asociaciones.


Convenios que gobiernos sostienen con la iniciativa privada en materia energética.



Fuente: Dictamen de las Comisiones unidas de puntos constitucionales; de energía y estudios legislativos, primera, con proyecto de decreto por el que se reforman y adicionan diversas disposiciones de la constitución política de los Estados Unidos Mexicanos en materia de energía.



Caso similar es con la electricidad.  El monopolio de su explotación ha impedido, entre otras cosas, la competencia en el precio del servicio.  A ello sumémosle la fuerte carga fiscal que tiene y los excesos en las bondades económicas que les da la Comisión a sus sindicalizados: solo en los últimos 4 años, la CFE le otorgó al sindicato aproximadamente 22 mil millones de pesos, de los cuales 20 mil de ellos solo se enfocó en dos rubros: apoyo para transporte y vales de despensa.  Una verdadera fuga equiparable a los robos que hacen en los oleoductos que generan miles de millones de pesos en pérdidas anualmente.

Con este breve diagnóstico, la propuesta de reforma consistió en eliminar del texto constitucional la prohibición consistente en que, en el caso del petróleo y los carburos de hidrógeno sólidos, líquidos o gaseosos, no se otorgarán concesiones ni contratos, ni subsistirán los que en su caso se hayan otorgado, disposiciones que fueron incorporadas en la reforma constitucional de 1960.

Para el caso de la electricidad, resulta algo similar: llevar a cabo una reforma constitucional que elimine las restricciones vigentes a la competencia y, posteriormente, una reforma legal que materialice la separación de las actividades de generación, despacho, transmisión y distribución de energía eléctrica, a fin de lograr dicha competencia de manera plena en generación y comercialización.

En complemento, se estaría llevando a cabo una transformación administrativa al interior, como por ejemplo la conformación de un Fondo Mexicano del Petróleo que administre las ganancias de la renta petrolera, además de que dichos recursos –se contempla- ya no entren en la Ley de ingresos y el presupuesto de egresos de la federación, esto con la intención de reorientar el recurso a otras áreas de desarrollo.

Otro de los cambios a resaltar es la salida del sindicato de PEMEX del Consejo de Administración de Petróleos Mexicanos.  Actualmente, ocupa 4 de los 11 lugares que conforman el Consejo, por lo que a partir de la reforma perderán un espacio importante en la toma de decisiones. 

En síntesis, la reforma energética se circunscribe en la apertura para que el capital privado invierta desde la extracción hasta la venta del hidrocarburo y la electricidad, pasando por su procesamiento y transportación, mediante 5 esquemas básicos de contratación:

Incentivados: Donde el gobierno contrata a un privado para extraer el hidrocarburo, pagando una cuota fija por este servicio, extraiga o no el energético. Así todo el riesgo recae en el Gobierno, que por otra parte se beneficia de todo el ingreso de la venta del petróleo.

Utilidad compartida: El gobierno conviene con PEMEX y las empresas privadas el pago en efectivo de un porcentaje de las ganancias de la venta del crudo.

Producción compartida: El Gobierno pacta con PEMEX e iniciativa privada el pago en especie, es decir con hidrocarburos extraídos. Lo anterior significa que primero se otorga a las empresas una cantidad de crudo para cubrir sus costos operativos; y luego se reparten el resto de los barriles, con lo cual cada uno comercializa el producto a su conveniencia.

Concesiones: El Gobierno licita zonas de producción para que empresas privadas interesadas extraigan el crudo asumiendo el riesgo del proyecto, y adquiriendo los derechos para contabilizar las reservas de crudo que se encuentren en el subsuelo concesionado. Esto ayuda a las compañías a presentar proyectos a los inversionistas para que aprueben los montos de endeudamiento para iniciar la explotación.

Licencias: Es muy similar a las concesiones, pero se subraya que las compañías sólo son dueñas del crudo que se extraiga, aunque en la práctica, se les permitirá contabilizar las reservas de cada área para presentarlas ante los inversionistas.
 
En esos 5 esquemas se circunscribe todo el debate de la reforma. Sí, efectivamente los cambios constitucionales a los artículos 25, 27 y 28 permiten la entrada del capital privado a la exploración, extracción, refinación, distribución y venta de los hidrocarburos, así como de la electricidad.  Hay, por supuesto, resistencia de la denominada izquierda mexicana a que el petróleo debe seguir siendo de los mexicanos.  Efectivamente, el petróleo sigue siendo de los mexicanos, pero el problema no se detiene ahí.  México importa más del 40% de la gasolina y gas natural que se consume en el territorio cuando es uno de los principales exportadores de crudo y posee una de las reservas de gas natural más grandes del mundo.  PEMEX se ha estancado en el desarrollo tecnológico y el tiempo le ha cobrado factura pues la extracción del oro negro ahora cuesta más y requiere de innovadora infraestructura, que tras la excesiva carga fiscal que ascienda a más del 70% de sus ingresos, es imposible invertir en nueva infraestructura.

A ciencia cierta no sé si esta reforma, que incluye la incorporación de empresas privadas en la venta de gas, gasolina y electricidad, coadyuve en la disminución de precios y mejoramiento en la calidad del producto y servicio, pero lo que sí es cierto es que los tiempos del gran monopolio energético han llegado a su fin.  Ahora la pregunta sería: ¿y quiénes son los beneficiados?

El tintero.

Un hecho inédito se presentó en los funerales de Nelson Mandela cuando varios de los Jefes de Estado y el Secretario General de la ONU pronunciaron sus discursos: el intérprete encargado de traducir los mensajes en el tradicional lenguaje de señas para sordomudos resultó falso, la empresa que lo contrató simplemente desapareció y el mismo gobierno sudafricano no solo ha reconocido el error, sino que el hoy personaje sufre de esquizofrenia.  Alguien sin duda pagará este descuido en la seguridad del presidente de Estados Unidos, quienes se jactan de tener el sistema de seguridad más completo del mundo.

El pasado 10 de diciembre se conmemoraron 63 años de la declaratoria del Día internacional de los Derechos Humanos.  Como es costumbre, la CEDH únicamente atinó a emitir un boletín y a invitar a una maratón de 5 km.  Nada más.  Mientras, las 116 mujeres que habitan en el CERESO de Chetumal manifestaron en una encuesta que el 79% no cuenta con agua suficiente para bañarse, 80% para poder lavar su ropa y un 90% declaró que no existe higiene en los sanitarios.  Como colofón, Quintana Roo, entre otras entidades como el Estado de México, Tamaulipas y el Distrito Federal, ocupa los primeros lugares en tener en condiciones infrahumanas sus cárceles.  


(*) Internacionalista, analista político y comentarista en el programa radiofónico SIPSE Café del 95.3 de FM.
                   Visita www.columnapensamiento.blogspot.mx
















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