El origen de Pensamiento Lateral corresponde al que en su momento acuñó el escritor y psicólogo maltés, Edward de Bono, en su libro New think: the use of lateral thinking (Nuevo pensamiento: el uso del pensamiento lateral) publicado en 1967.

Este concepto, utilizado incluso en la psicología, se enfoca en la búsqueda de soluciones a problemas utilizando estrategias o caminos alternos a los que normalmente la lógica simple nos llevaría. Se vale de la creatividad al momento de evaluar y dar solución a los diversos obstáculos que se presentan. Esto permite encontrar otras formas de percibir las cosas, de analizarlas desde otro contexto, con un matiz innovador y propositivo a la vez.

La vinculación con el contenido de la columna permite una asociación interesante ya que lo que pretendo es presentar un análisis basándome en una temática alterna a lo que, mediante un pensamiento simple y lógico, nos llevaría por vías ya conocidas. Pensamiento Lateral busca, desde una perspectiva innovadora, generar debate, reflexión y proponer nuevos esquemas de solución a las problemáticas políticas, sociales y económicas de nuestro entorno.

Finalmente, en el contenido de la propia columna haré una adición a lo que normalmente comparto con ustedes: El tintero, que es un breve espacio en donde escribiré noticias o datos relevantes para el consumo personal.

jueves, 17 de octubre de 2013

El INE: el tercer paquete de reformas


Pensamiento lateral
El INE: el tercer paquete de reformas
Por: Miguel Á. Martínez Castillo (*)


Los resultados de las elecciones dependen de los electores y
no de quién se encuentra al frente de los organismos.
José Woldenberg  Karakowsky (1952 - ¿?) Ex Presidente del IFE.


Está por apagarse la veladora de la discusión de la Reforma Hacendaria y los partidos políticos están preparándose para entrar a un nuevo debate: la reforma política-electoral.  Aunque se han dejado por sentado algunas de las posibles propuestas de cambio en el ordenamiento legal para conducir los procesos electorales, un tema acapara el debate nacional, al menos entre los interesados y afectados directamente: la constitución del Instituto Nacional Electoral (INE).

No entraré en más discusiones sobre el debate sordo de la Reforma hacendaria puesto que ya existen acuerdos para que ésta pase antes o el mismo 20 de octubre.  La única esperanza que queda para los que vivimos en zonas fronterizas, es que el Senado impida la homologación.  Una nota en Excélsior me dejó muy claro que existe el número suficiente de votos en la Cámara baja para aprobar tal reforma en el pleno legislativo.  La negociación que recién acaban de difundir la Secretaría de Hacienda federal y el Gobierno del DF, teniendo como testigos a legisladores del PRI, PVEM y PRD, es un inmejorable mensaje de que el gobierno de Peña Nieto contará con un buen número de perredistas para aprobar la reforma hacendaria. Parte de esos acuerdos establecen que el Gobierno del DF ingresará al Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social, contará con un Fondo especial que le permitirá contar con recursos y reconocimiento por ser la capital del país y, no menos importante, que no se gravarán los espectáculos.  Esto quiere decir en castellano que los eventos como el fútbol, beisbol, basquetbol, toros, entre otros, ya no se verán impactados por la reforma.  Por supuesto, para el Gobierno del DF representa un fuerte interés puesto que muchos de los eventos deportivos se realizan en la capital.

En otro orden de ideas, y sin caer en atavismos con alguna y otra postura sobre la reforma política-electoral, creo que es importante presentar los argumentos principales de ambos lados, sobre todo para crearnos una idea más completa de la realidad y al final, que cada uno valore y emita su particular punto de vista.  El Instituto Federal Electoral lleva alrededor de dos décadas de existencia y en su historial ha tenido altibajos.  Los órganos electorales locales tienen una edad dispersa puesto que tardaron un poco más en ir evolucionando en lo que hoy son.

Es pues, necesario hacer un diagnóstico de la situación, a pesar de que el tema está prácticamente acordado.  El primer elemento de defensa que presentan los órganos electorales y tribunales locales es en materia de democracia y financiera.  Hay por lo menos 25 presidentes de institutos electorales estatales que argumentan que al menos en 24 de las 32 entidades ha habido –desde 1989- alternancia política, así como en más del 95% de los 2,400 municipios del país. 

De la misma manera, argumentan que han sido los órganos electorales locales los precursores y pioneros de diversos instrumentos innovadores para los procesos: el uso del PREP en 1997, la urna electrónica en Jalisco y Coahuila, y el voto en el extranjero en Zacatecas y el DF, por solo señalar algunos ejemplos. 

Otro elemento que defienden es la cuestión presupuestal.  Según su argumento, los 32 órganos electorales locales ejercen en su conjunto –para este 2013- un presupuesto de aproximadamente 4 mil millones de pesos para organizar elecciones para 4,000 cargos de representación, mientras que el IFE ejerce más de 7 mil millones para 600 cargos.  Eso sin contar los adicionales en períodos de campaña.  De la misma manera, desaparecerlos atentaría contra la democracia, el pacto federal y la autonomía de los estados.  Agreguémosle la desaparición de varios empleos y el desperdicio de no aprovechar la experiencia que tienen algunos funcionarios electorales en la materia.

En el otro sentido, aquellos que favorecen la desaparición de los órganos locales y la centralización de los procesos mediante el INE, señalan que resulta costoso financiar tanto a los 32 institutos como al IFE, puesto que existen, entre otros elementos, varias funciones en las cuales los órganos locales recurren al órgano federal para llevar a cabo sus procesos.  Aunado a esto, existe la queja de que la composición de los institutos electorales locales está fuertemente influenciada por los gobiernos estatales, además de que en procesos electorales, los consejos distritales no son permanentes como los del IFE y por tanto, es imposible profesionalizar los cargos.  Más allá de esto último, la selección discrecional de los consejeros municipales o distritales es otro de los vicios por los cuales se pide su desaparición.  Los contratos, arreglos, convenios y demás acuerdos económicos que puedan hacer los Consejos Generales electorales locales prácticamente no tendrían más duración.

Hasta aquí dejaré los argumentos esgrimidos por quienes están a favor y en contra de la desaparición del IFE y los órganos locales.  Es de destacar que uno de los principales defensores de la permanencia del IFE es José Woldenberg quien, siendo congruente, fue uno de los pioneros de su creación.

De todo lo que he podido investigar, me queda claro que el impacto que pueda tener esta reforma sin duda que tendrá grandes costos.  Y aquí expongo algunas reflexiones: en primer lugar, el costo económico en las entidades no es tan bajo como se piensa.  Los argumentos de que se erogan alrededor de 4 mil millones frente a los 7 mil millones del IFE no son del todo ciertos.  Una investigación publicada en el portal sin embargo (www.sinembargo.com), señala que el costo para este año fue de 7 mil millones de pesos para los órganos locales.  A ello sumémosle los gastos adicionales o las extensiones presupuestales que suelen darse, sea por motivos de alguna nueva distritación, la creación de algún nuevo municipio, partido político, etc.


 PRESUPUESTO PARA ÓRGANOS ELECTORALES ESTATALES 2013
                                        Fuente: http://www.sinembargo.mx/opinion/10-10-2013/18105
 
El que paga manda.  Sin duda que la intervención de los gobiernos estatales en el nombramiento que va desde los consejeros electorales, hasta los funcionarios de casilla, pasando por los capacitadores y consejeros distritales, es evidente, un secreto a voces.  Su nombramiento de los primeros depende directamente del Congreso estatal y si éste tiene mayoría de un partido político, ergo, las designaciones estarán acorde a la defensa de los intereses del gobierno en turno y no de la institucionalidad, imparcialidad e independencia que debe tener un órgano electoral.  Prueba de lo anterior es que hoy puede verse a ex consejeros electorales trabajando en diversas áreas del gobierno del estado de Quintana Roo.  Con estos antecedentes, creo que está de más hablar del desempeño de los funcionarios.

Otro elemento representativo es la profesionalización de los funcionarios o servidores electorales.  Los consejos distritales y municipales locales no son permanentes, a diferencia de los federales que sí lo son y por tanto, permiten la aplicación de sistemas como el servicio electoral de carrera.  Además, los consejos pro témpore son más bien espacios idóneos para aquellos ex funcionarios o interesados en obtener un ingreso adicional que nada mal les vendría.  Si a ello agregamos que los nombramientos de éstos son manipulados, pues qué se puede esperar sobre su desempeño.

Hay que recordar también que los órganos electorales locales dependen en varios sentidos de la información que genere el IFE.  Un ejemplo claro es el padrón electoral del cual recurren para organizar las elecciones.  Sin duda que la desaparición de los institutos y los tribunales locales representarán un cambio radical en la organización y operación de las elecciones.  Los tribunales locales hoy prácticamente son instancias a las que se acuden más por cuestión de normatividad que por el hecho de que resuelvan de manera imparcial las impugnaciones.  Su conformación tampoco está ajena a la influencia gubernamental.

Me es difícil establecer un criterio para estar a favor o en contra de la desaparición de los institutos locales, sobre todo si el mismo IFE ha sido cuestionado en su actuar.  Lo que sí es un hecho es el gran reto que tendría que asumir el INE: de entrada el de garantizar procesos imparciales.  Seguidamente, el de asumir la capacidad operativa de organizar y llevar a buen destino 333 campañas federales, más de 2,457 municipales, 32 de gobernador y 1,100 diputaciones locales.  ¿Podrá fiscalizar y lograr que todas ellas se ajusten al marco de la legalidad?  Dudo realmente que el INE logre superar esta primera prueba de fuego.  El espectro centralizador de la toma de decisiones amenaza que sea en el centro del país donde se determine el destino de los procesos locales y no por los actores propia y directamente involucrados.

Creo que faltó debate en la materia.  Analizar la viabilidad, por ejemplo, de pensar en cómo fortalecer a los órganos locales y limitar la influencia de los actores políticos locales en la designación de sus integrantes.  Bien podría empezarse por establecer mayorías calificadas para tener consenso de las fuerzas políticas, que actores de la sociedad civil organizada participen o tengan oportunidad de designar a los integrantes y que sobre todo se privilegie la experiencia y el perfil de los servidores públicos, pero más importante es que se evalúe su desempeño.  Algo similar puede hacerse con los consejos distritales y con aquellos encargados de construir las estructuras electorales (funcionarios de casilla). 

Sin embargo, el INE es un hecho.  Se creará un gigante de la burocracia electoral con tanto poder que limitarlo o dirigirlo tendrá un alto costo, y no precisamente económico.

El tintero.

Comparto con ustedes qué piensa la gente sobre desaparecer el IFE.  Una encuesta de Parametría señala que un 44% está a favor de un solo órgano electoral nacional.  Sorprende el hecho que 82% de los mexicanos relacione al IFE como el encargado de organizar los procesos de Presidente, Senadores y Diputados Federales, pero solo el 52% relaciona a los órganos locales como los responsables de los procesos de Gobernador, Diputados locales y Ayuntamientos.

No menos importante es el grado de confianza.  Más de la mitad de los encuestados (52%) no confía en los órganos locales, frente a un 60% que le da más crédito al IFE.

Tras escribir esta columna, la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados aprobó lo que se venía anunciando: IVA homologado al 16% para zonas fronterizas.  También se gravarán los refrescos y los alimentos para mascotas, pero se dejan exentos a las colegiaturas, espectáculos y créditos hipotecarios.  Duro golpe para la economía quintanarroense que no encontró apoyo en sus representantes ante el Congreso.



(*) Internacionalista, analista político y comentarista en el programa radiofónico SIPSE Café del 95.3 de FM.

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