Pensamiento lateral.
¿Legalizar o no la marihuana?
Por:
Miguel Á. Martínez Castillo. (*)
La marihuana causa amnesia, y otras cosas que no recuerdo.
Woody Allen (1935- ) Director y actor estadounidense.
La Suprema Corte de Justicia de la
Nación (SCJN) acaba de hacer historia en un tema que ha despertado polémica,
así como también los 4 ciudadanos que, sintiéndose agraviados, acudieron al
máximo tribunal para encontrar justicia.
Y la hallaron. Josefina Ricaño, Armando Santacruz, José
Pablo Girault y Juan Francisco Torres Landa, miembros de la Sociedad
Mexicana de Autoconsumo Responsable y Tolerante podrán, a partir de ahora, realizar
actividades que están relacionadas con la siembra, cultivo, transporte y
consumo de marihuana. Así de llano y
simple.
¿En qué se basó la Corte para
determinar la procedencia en la siembra y consumo de la marihuana como un acto
legal para estas cuatro personas? ¿Cuáles fueron los fundamentos jurídicos y
sobre todo, que implicaciones tendrá en el plazo inmediato para los actores
políticos y la sociedad en general en México?
Si bien la Suprema Corte no determinó que la marihuana pueda ser
consumida en México abiertamente, no menos cierto es que dejó aperturado el
camino para que otros ciudadanos sigan el mismo procedimiento para conseguir el
amparo de la ley y consumirla. No dudo
que así será. Pero también el fondo de
esta sentencia obligará al Estado mexicano a entrar al debate sobre su posible legalización.
Con base en la Encuesta Nacional de
Adicciones 2011, en México, el consumo de la marihuana incrementó de 0.8% a
1.5% en la población. Asimismo, la edad
promedio de consumo disminuyó, pasando de los 20.6 a los 18.8 años de edad. En general, en el país existen
aproximadamente 5.7 millones de personas consumidoras de la hasta hoy droga
ilegal, de los cuales 550 mil están declarados como dependientes. Estos datos hacen de la marihuana la droga
más consumida en el país.
En este mismo orden de ideas, de
acuerdo al estudio denominado Legalización
de la marihuana, ¿a qué precio?, realizado por el Instituto Nacional de
Psiquiatría y el Centro de Integración Juvenil, la marihuana posee alrededor de
400 componentes químicos y las consecuencias a la salud pueden ser: respiratorias,
taquicardia, hipertensión, mal formación en los neonatos o incluso la muerte
súbita, infertilidad, arritmias cardíacas, trastornos de ansiedad, depresión,
esquizofrenia, episodios de suicidio y, hasta un 70% de posibilidad de contraer
cáncer, principalmente de testículos, entre otras causas.
Es evidente que toda droga, y más
aún si ésta se consume en exceso, genera un daño irreversible a la salud. Sin embargo,
la resolución de la Corte privilegió el derecho humano que tenemos las personas
a decidir sobre nuestra integridad. Es claro
que hoy, un porcentaje importante de la sociedad mexicana tiene fuertes
resistencias hacia la regularización de determinadas drogas. No por ello la encuesta de agosto de 2013 que
realizó Gabinete de Comunicación Estratégica reflejó una oposición del 49.6% a
legalizar la marihuana. Más aún, el
53.1% se manifestó en contra de usarla con fines recreativos; un 34% pensó que
legalizarla aumentaría la violencia en el país y 45% que, en caso de hacerlo,
el gobierno debería controlar su producción.
El tema de la legalización de la
droga ilegal más consumida en el país es un debate que debe atenderse y no por
cualquier actor político. Más importancia
tiene cuando las estadísticas nos muestran que México es el segundo productor a
nivel mundial de marihuana con 12 mil hectáreas (2011), sólo después de
Marruecos.
Coincido en lo que algunos
analistas señalan que el Senado sería un espacio idóneo para la discusión del
tema, puesto que el equilibrio de fuerzas, el debate y las ideas tendrían mayor
nivel de exposición. Sin embargo, ¿por
qué tiene que ser el Poder Judicial quien ponga en la antesala los grandes
temas en México? Un antecedente
inmediato fue sin duda el matrimonio entre parejas el mismo sexo y ahora vuelve
a abrir camino con la marihuana. ¿Por qué entonces el Poder Legislativo y más
aún el Ejecutivo son meros actores reaccionarios? ¿Por qué abren el debate por
efecto y no por iniciativa?
Lo anterior es reflejo de la
postura que hasta los últimos días han manifestados las fuerzas políticas con
mayor presencia: el PRI no rechaza el debate pero considera que la consulta pública
ayudaría a solucionar la posible legalización; el PAN, más reservado, propone
un debate; el PRD es el único que apoya la medida de la legalización
abiertamente. A pesar del evidente
rechazo social que existe en torno a la legalización de la marihuana, ésta
responde más a la construcción de una idea asociada a que si se permitiera su
producción y consumo con fines lúdicos, generaría un gran daño a la salud de
las personas. Este prejuicio bien puede
ser rebatido: en el país como en gran parte del mundo, la venta de otros
productos –por no llamarlos drogas- han provocado males similares a la salud y
se hace de forma legal, como el alcohol y el tabaco, por sólo señalar dos
ejemplos. La pérdida de vidas humanas,
producto de la persecución y combate al narcotráfico es otro de los grandes costos
que el país ha tenido que soportar. El resultado
de una política pública que persigue y sanciona la producción, consumo y venta
de esta droga, ha tenido un alto costo no sólo en la salud sino en lo
económico.
Existen, además, ejemplos
internacionales que bien pueden servir de modelos para una regulación, en caso
de aprobarse la legalización. Uruguay,
sin duda, es el primer país que dio ese paso en 2013. Con la creación del Instituto de Regulación y
Control de Cannabis, el gobierno del entonces Presidente José Mújica, regulará la
entrega de plantas para la producción de marihuana. Otras regulaciones que el gobierno
sudamericano aprobó fue que la portación puede ser de hasta 40 gramos por
persona mensuales, misma que puede ser adquirida en farmacias (en México la
posesión es de 5 gramos), el cultivo personal máximo por hogar es de 6 plantas
y su publicidad está restringida al igual que su consumo en lugares públicos
cerrados.
Este y otros modelos bien pueden permitir
conocer bajo qué criterios se está regulando la marihuana, sus efectos no sólo
en la salud sino también en su valor comercial en el narcomenudeo y el impacto
que puede tener sobre éste.
PAÍSES
DONDE LA MARIHUANA ESTÁ REGULADA.
Estos y otros países son claros
ejemplos de experiencias que pueden ayudar a la construcción de un debate
serio, informado y con resultados tangibles.
Combatir las drogas genera un alto costo económico y en pérdidas
humanas, por lo que es necesario abrir el tema a una discusión que genere
nuevas alternativas. La Corte, de nueva
cuenta, puso el puente para el diálogo. Dependerá
del Ejecutivo, los partidos, el Congreso y la sociedad analizar cuáles son los
costos y beneficios inmediatos que la legalización de la marihuana puede
tener. Yo no soy consumidor pero creo
que una regulación bien planeada, ayudará a solucionar uno de los grandes
problemas de este país. Además, creo
también que cada persona tiene el inalienable derecho a decidir qué consumir y
que no, como lo hacemos hoy en día con el tabaco y el alcohol. De hecho, el año pasado, en 20 estados el
país el consumo de esta droga fue superior al del alcohol y el tabaco. Lo primero, pues, será derrumbar esa construcción
social que resulta insostenible ante tanto costo de vidas.
El tintero.
La ciudad de Cancún está siendo
afectada por un número inusual de homicidios contra mujeres, mismo que ha
abierto el debate sobre si éstos corresponden o no a feminicidios. La ley establece parámetros para distinguir
un homicidio de un feminicidio, por lo que es importante conocer los detalles
de las muertes de las hasta hoy 5 mujeres asesinadas en un lapso menor a un
mes. No dudo que, ante tantos problemas
sociales y de seguridad, exista dicha clasificación en no menos de un par de
ellas. Son la consecuencia de políticas
públicas erróneas en materia de seguridad y prevención.
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