Pensamiento lateral.
2
candidatos de un mismo partido.
Por:
Miguel Á. Martínez Castillo. (*)
El elector goza del sagrado
privilegio de votar por un candidato que eligieron otros.
Ambrose Bierce. Escritor y
periodista estadounidense (1842-1913).
¿Quién dijo que no se puede? Fue la frase que vino a mi mente
cuando reviso la información que tiene relación con la sucesión gubernamental
en Quintana Roo. Para mala fortuna de
quienes no tenemos simpatía alguna con esa fuerza política, el PRI podría darse
el lujo de presentar dos candidatos a Gobernador sin violentar la legislación
electoral. ¿Cómo? La receta no es nueva
pero está dando buenos efectos: usando a la oposición.
En la opinión pública como en
diversos medios locales, no es un secreto que quien tiene mayor simpatía –irónicamente-
en la oposición es el aspirante y hoy ex subsecretario de Turismo, Carlos
Joaquín González. Pero al mismo tiempo,
el priísta no está en el círculo cercano de la clase política local de su
partido, lo que lo convierte en el hijo
desobediente.
En el contexto nacional, hoy la
oposición, particularmente el PAN y el PRD están negociando alianzas para
explorar la posibilidad de ir juntos en, si no las 12 entidades donde haya
renovación de gubernatura, sí en su mayoría.
Por lo pronto han acordado ir juntos en Durango, Zacatecas, Veracruz y
Oaxaca, y muy probablemente en Tamaulipas e Hidalgo, mientras que en Puebla y
Tlaxcala resulta misión imposible concretarla, más en el caso de ésta última
entidad pues el plazo para solicitar alianzas ante el órgano electoral feneció
el pasado 2 de enero.
Respecto a entidades como Sinaloa y
Quintana Roo, se prevé que cada partido irá por su propia cuenta, es decir, no
habrá alianzas, al menos así lo ha dicho el PRD. Sin embargo, en el caso de Sinaloa, el PAN
está impulsando al diputado federal independiente, Manuel Clouthier Carrillo,
para encabezar la candidatura y, de paso, convencer al PRD para que se sume al
proyecto. Desde un punto de vista
personal, creo que Clouthier debería ser congruente con lo afirmado en su
campaña sobre el hartazgo que existe hacia el sistema de partidos y que, el
haber participado sin el estigma de un partido, lo llevó a ganar el proceso en
su entidad. Falta aún que decidirá el
legislador e hijo del legendario Maquío.
Finalmente, en Chihuahua parece que
no habrá acuerdo de coalición pero ya ha surgido un movimiento entre panistas (entre
ellos Javier Corral y Gustavo Madero) y algunos sectores del PRD para buscar un
candidato común y competir. Por su
parte, Aguascalientes está aún por definirse.
Lo anterior sienta un primer corte
del escenario definitivo que tendrán los partidos políticos –tanto del PRI como
de la oposición- frente al proceso electoral que iniciará con la elección extraordinaria
de Colima el domingo 17 de enero. El resultado
impactará en el ánimo no sólo de la conformación de alianzas sino también en el
electorado. Un triunfo de la oposición
podría inyectar motivación a la idea de que quitarle al PRI más gubernaturas es
posible.
Fuente: http://aristeguinoticias.com/1401/mexico/contra-pri-alianzas-binomio-del-pan-y-prd-en-6-estados/
El PRI, el partido que concentra 9
de las 12 gubernaturas en proceso de renovación (incluyendo Colima) ha
desplegado al menos dos estrategias que llamaron mi atención en los últimos
días. No son nuevas pero sí recurrentes
y podría dejar buenos resultados para el hoy dirigente nacional priísta, Manlio
Fabio Beltrones. La primera de ellas es
la candidatura de unidad. Durango, Veracruz, Zacatecas y Chihuahua
tienen, por lo menos, un esquema definido bajo esta premisa. Oaxaca está en proceso de seguir la misma
dinámica y queda todavía la mitad de las gubernaturas para decidir.
Beltrones lleva consigo su
estrategia primaria: obtener candidaturas de unidad, cuestión que un estudioso
de la política jamás creería. Pero,
¿cuál sería su plan b? O bien abrir
el proceso para que más de uno participe o, utilizar a la oposición para enviar
un segundo candidato. A pesar que aquel
que vaya por un partido distinto al PRI se vea en la obligación de renunciar,
no menos cierto es que los nexos o vínculos políticos no se cierran, no del
todo. En Zacatecas, por ejemplo, a pesar
que ya tienen un candidato de unidad aparentemente, el cuñado del Gobernador –priísta
por cierto- busca obtener el respaldo del PRD para ser candidato a la
gubernatura. En Veracruz, otro estado con supuesta candidatura de unidad, serán
los Yunes los que terminarán gobernando la entidad, sea del PRI o del PAN.
Quintana Roo puede ser pues,
laboratorio nuevamente para tener 2 candidatos con origen en un mismo
partido. El experimento no es nuevo pues
en 2005 una integrante de la familia Joaquín –Addy Joaquín Coldwell- renunció
al PRI y se postuló bajo la égida de una alianza PAN-Convergencia (hoy
Movimiento Ciudadano) a la gubernatura. Caso
similar pero a nivel municipal, en Cozumel, sucedió con Gustavo Ortega
Joaquín. La primera fue derrotada y el
segundo obtuvo la presidencia.
Si bien la coyuntura actual podría
generar una posible renuncia del ex Subsecretario a su partido, no hay que
pasar por alto el hecho de que el panorama se ha modificado: el PRI tiene hoy
la Presidencia de la República y el Presidente de dicho instituto político ha
adquirido fuerza en la toma de decisiones para la designación del candidato a
Gobernador.
No se descarta que el PRI tenga,
pues, dos candidatos, uno de facto,
en la siguiente contienda electoral en Quintana Roo. La oposición, desarticulada y sin cuadros
políticos competitivos, ven en el ex presidente municipal la salida más fácil a
la crisis por la que atraviesan y, de paso, ganarse algunos de los puestos que
el sistema político mexicano ofrece a los segundos y terceros lugares en una
competencia electoral. El tiempo
determinará qué fuerza predominará: si el Presidente de la República o los
Gobernadores. De ser los segundos,
estaríamos pues, viviendo un nuevo paradigma en la vida política de un partido que
por décadas se acomodó en un esquema vertical de decisiones provenientes de la
figura del Ejecutivo Federal. Estaríamos
entrando a la etapa que Castañeda llamó el feuderalismo
mexicano.
El tintero.
El gobierno mexicano anunció que no
venderá el nuevo avión presidencial, valuado en más de 7 mil millones de
pesos. El argumento fue que, de realizar
la venta, el gobierno perdería más de lo que resultaría mantenerlo y
pagarlo. Adicional a ello, ya se está
acondicionando el hangar para dar cabida al José
María Morelos, nombre que llevará la nueva aeronave. ¿Y quién cree que hizo la obra de
remodelación? Nada menos que Grupo Higa.
El próximo 26 de enero iniciarán
los foros de debate sobre la legalización de la marihuana en México. La primera sede será Cancún, Quintana Roo, en
donde se darán cita especialistas en la materia y discutirán los beneficios y
costos que tiene este importante tema en la opinión pública.
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