El origen de Pensamiento Lateral corresponde al que en su momento acuñó el escritor y psicólogo maltés, Edward de Bono, en su libro New think: the use of lateral thinking (Nuevo pensamiento: el uso del pensamiento lateral) publicado en 1967.

Este concepto, utilizado incluso en la psicología, se enfoca en la búsqueda de soluciones a problemas utilizando estrategias o caminos alternos a los que normalmente la lógica simple nos llevaría. Se vale de la creatividad al momento de evaluar y dar solución a los diversos obstáculos que se presentan. Esto permite encontrar otras formas de percibir las cosas, de analizarlas desde otro contexto, con un matiz innovador y propositivo a la vez.

La vinculación con el contenido de la columna permite una asociación interesante ya que lo que pretendo es presentar un análisis basándome en una temática alterna a lo que, mediante un pensamiento simple y lógico, nos llevaría por vías ya conocidas. Pensamiento Lateral busca, desde una perspectiva innovadora, generar debate, reflexión y proponer nuevos esquemas de solución a las problemáticas políticas, sociales y económicas de nuestro entorno.

Finalmente, en el contenido de la propia columna haré una adición a lo que normalmente comparto con ustedes: El tintero, que es un breve espacio en donde escribiré noticias o datos relevantes para el consumo personal.

viernes, 16 de enero de 2015

Intereses universitarios frustrados.

Pensamiento lateral.
Intereses universitarios frustrados.
Por: Miguel Á. Martínez Castillo. (*)

El mundo no está en peligro por las malas personas sino por aquellas que permiten la maldad.
Albert Einstein (1879-1955) Científico alemán nacionalizado estadounidense.

Comienza el año 2015 y éste nos recibe con una serie de complicadas noticias: incremento al precio de la gasolina –y en consecuencia de los productos de consumo principalmente-, precampañas, sobornos de alcaldes, depreciación del peso mexicano, televisiones sin acceso a internet, homicidios, autodefensas recargadas y, más manifestaciones por los casos de los estudiantes desaparecidos y por los derechos de las enfermeras.

El año no comienza bien para la administración federal y muy probablemente en las entidades la situación sea muy similar.  El costo político por aprobar incrementos al precio de la gasolina, el nulo crecimiento económico, sumado a los escándalos políticos de propiedades de alto valor que pertenecen a la familia del Presidente de la República, seguramente cobrarán un costo levado en más de un distrito en las próximas elecciones.

Pero dejo a un lado dichas temáticas que han sido ampliamente comentadas y debatidas para enfocar mi atención en lo local, particularmente en el sector educativo: la Universidad de Quintana Roo.  En diciembre del año pasado tuve la oportunidad de entrevistarme con académicos de esa casa de estudios para conocer a fondo la crisis interna que atraviesa una de las Universidades que tuvo uno de sus mejores niveles competitivos a finales de la década de los noventa del siglo pasado y el primer lustro del actual siglo.

Como se ha hecho de dominio público, la Universidad procedió contra tres académicos que poseen estudios de doctorado (René Lozano Cortés, Maribel Lozano Cortés y Fernando Cabrera Castellanos) y miembros del Sistema Nacional de Investigadores con nivel 1.  El argumento tiene que ver con una demanda presentada por un ciudadano de nombre José Enrique Álvarez Yepes, quien presentó una denuncia ante la Secretaría de la Función Pública, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT) y la Procuraduría General de la República (PGR) bajo el argumento de no contar con los documentos que acrediten sus grados académicos.

Ante esto, la Rectora de la Universidad convocó a una sesión del Consejo Universitario el pasado 8 de diciembre para analizar y resolver el caso, a pesar que la demanda no había sido presentada ante la propia Casa de estudios de la entidad.  Una semana después de la sesión, el Consejo determinó sancionar a los académicos imponiéndoles una sanción que derivaba en el despido y una multa económica superior a los 10 millones de pesos, entendiéndose esto último como lo devengado en el tiempo de su estancia laboral en la Universidad.


Los profesores anteriormente señalados ciertamente realizaron sus estudios de doctorado en el extranjero, concluyéndolos en su totalidad.  Asimismo, es un requisito y un procedimiento natural la expedición de sus cédulas profesionales de grado y la consecuente homologación de éstos ante las autoridades educativas mexicanas para verificar su autenticidad.  

Fuente: http://www.uqroo.mx/nuestra-universidad/organos-institucionales/honorable-consejo-universitario/

Paralelamente a la sanción que se les impuso a los 3 académicos posee varias inconsistencias que iré enumerando: en primer lugar, hasta donde tuve conocimiento, la demanda no fue interpuesta ante la propia Universidad sino en instancias gubernamentales, mismas que hasta la fecha no han dado dictamen o resolución alguna.  Luego entonces, ¿por qué la Rectora convocó a una sesión para resolver el caso, cuando no mediaba aún sentencia?

En segundo lugar, el Estatuto Académico de la Universidad establece que para ser Profesor-investigador Asociado de carrera nivel A se requiere contar con el grado académico de licenciatura como mínimo, acreditado mediante el título profesional correspondiente.  En el mismo sentido se expresa el Estatuto para aquellos profesores-investigadores de nivel B, solamente que se exige como mínimo los estudios de Maestría.

Hago hincapié de lo anterior puesto que dos de los académicos están en el primer supuesto y uno más en el segundo.  Si bien la legislación pide contar con el título correspondiente, la cédula profesional no lo es, aunque es congruente que ésta la deba poseer el egresado pero no se exige legalmente.

Aún con todos estos elementos el Consejo Universitario cometió una grave falla que no solo atentó contra los derechos laborales de los académicos, sino que violentó sus derechos humanos, puesto que despedirlos sin siquiera conocer una resolución de la autoridad, a todas luces se percibe que la presunción de la inocencia fue rebasada.  ¿Cómo pudo, pues, una autoridad intra universitaria ejercer tal acción?

Existe una hipótesis que puede explicar las razones de sancionar a estos profesores, que fueron más ejemplo de lo que en el futuro podía sucederle a cualquier otro académico: la simpatía hacia los estudiantes que el pasado 20 de noviembre se manifestaron en apoyo a los normalistas de Guerrero resultó la clave para desatar una cacería al interior de la Universidad.  Puesto que solo es una hipótesis, ésta no podría estar alejada de la realidad.

Posteriormente, y un día antes de iniciar el período vacacional decembrino, académicos sostuvieron una reunión con la Rectora para hacerle de conocimiento su inconformidad que se había adoptado contra sus compañeros profesores.  Se acordó retomar el tema en enero pero lo más extraño fue haber notado la presencia del Secretario de Gobierno estatal saliendo por la puerta trasera, previo a la entrevista con los académicos.  Era evidente que en la Universidad las cosas se habían salido de control.

Ahora que empieza el año, el primer movimiento que se dio fue la salida de la Secretaria General, colocando en su lugar a un administrativo proveniente del Colegio de Bachilleres.  El siguiente paso fue que se convocó de nueva cuenta al Consejo Universitario para reinstalar a los profesores en su trabajo, luego de casi un mes de su injustificado despido.

Lo anterior me deja un par de reflexiones importantes: en primer lugar, colocar a un político a dirigir una Universidad tiene sus grandes riesgos, máxime que ésta sea originaria de un partido; en segundo, que existe un desconocimiento de las leyes y normatividades al interior del Consejo Universitario, puesto que tal decisión de despedir a tres profesores no es algo que sea sencillo.  Finalmente, ¿cuántos académicos se encontrarán en la situación de legalizar sus títulos de posgrado que realizaron en el extranjero? ¿No sería más sencillo establecer un convenio con la autoridad educativa para agilizar los procesos de los profesores y no encontrarse en una situación que si bien puede calificarse de una simple falta administrativa, para la Rectora ameritó el cese inmediato?

No dudo que varios profesores hoy se encuentren en una situación similar que los tres académicos, pero ello no significa que éstos necesariamente estén falsificando documentos.  Se trata de una corresponsabilidad, en donde el profesor debe ocuparse de estar actualizado en sus trámites y, la Universidad de que su planta docente cuente con las cartas credenciales para ejercer la libertad de cátedra que tanto hace falta a la entidad y al país.


El tintero.

“Lástima Margarita”, dirían por los pasillos de las oficinas del PAN en la Ciudad de México.  La esposa del expresidente de México, Felipe Calderón, quedó fuera de la lista de las primeras tres posiciones que eligió la Comisión Permanente del Consejo Nacional del PAN.  Como era de esperarse Gustavo Madero encabezó la lista, seguido de otros panistas cercanos a él: Miguel Ángel Yunes Linares, Cecilia Romero, Joaquín Díaz Mena, entre otros. 

Varios legisladores ya empezaron a trabajar con su imagen para competir por los espacios que se decidirán en el mes de junio.  No solo se han abocado a pedir licencia sino hasta modificar su imagen para parecer más atractivos al mercado de votantes, como lo hizo la diputada federal Martha Álvarez Tovar, quien busca pasar del Congreso de la Unión al congreso local michoacano.

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